lunes, 26 de octubre de 2009

Día 28

Mutilado intento alcanzar la esquina.
La cimiente de una muerte que anunciada se ríe de mis prejuicios.
¡Me río de vuestros prejuicios!
Y tú me condenas a mi risa, por indecente señora que vestida de luz
Enfurece tu arrogancia.
Me vuelcas el paraíso que te han impuesto.
Pero yo reposo en el Tártaro que me he creado.
Un abismo que se forma en la medida de mis pasos.
Un templo que implora piedad, sigilo, paciencia.
Y tu me condenas a mi risa, porque mutilada te cobijas
en plegarias que a nada llevan, en falsas metáforas de fingida pulcritud.
He visto tu vista sobre la mía.
Acicalando tenuemente sobre tu propia vacilación.-

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