sábado, 26 de marzo de 2011

VIII

He llegado a un final. Un efímero final.
La estampida de mis pensamientos lo señala.
¡La poesía es ingobernable!

Parió mi ombligo el estado in-alcanzable.
Tu silencio me demuestra lo precario de la acción desperdiciada.
Una accion cobarde, cobarde de si misma.
¿Cuánta danza otorgas diariamente al cúmulo de fatalidades?
¿De qué temor murmuran tus lenguas pretenciosas?-

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